cavar pozos es una actividad que los pájaros practican sólo para resguardar su especie, su prole aún no nacida. pero no son sólo los pájaros, que a veces, cuando eligen el suelo cavan pozos para anidar, casi todos los animales se resguardan en los pozos que cavan. cuidan lo que se les dio. los hombres cavan fosas y antes de que llueva las llenan de cadáveres: tumbas y trincheras
no voy a fundar el mundo como un paracaidista que cae eternamente en busca de su propia tumba. el mundo debe fundarse saliendo de las tumbas para matar al que venía cayendo. esté donde esté. aunque venga a nosotros volador y con sus dones de ubicuidad. aunque todo pueda verlo y escucharlo. sentencio porque los veo alacranes bajo tu piel y recorren el momento de tu sueño. me quedaré despierto, vigilo el casi fluir del veneno enjaulado, que no se escurra, que no se derrame
voy a hacer del adjetivo una palabra que salte y se desmorone, serán volcanosos los espacios que funde, no más cintas arrepolladas, sino centelleante el oír de una mujer que duerme sola en una casilla de madera sembrada de rendijas y luz de la luna sabrosas rodajas de tocino, he de fundarla así
y que me pongan a la mesa la pura mentira literaria porque me la como con las manos
si el animal es rojo la conclusión es simple: muerto desde mis cuchillos, su sangre lo mancha, lo vuelve menos animal
y que me pongan a la mesa las llaves de pura mentira literaria y no, no sirven para una mierda si la palabra no te abre las piernas y no te hace gritar como loca como a mí me gusta que grites. que me pongan las llaves y me las como
y que me pongan a la mesa, la extenuante mesa de las prendas literarias y sobre su faz un cuarto lleno de puertas de número mágico y me como las puertas de pura mentira literaria y me como el cuarto con sus ladrillos de bromato y que el cáncer que se cuela de a poco reciba su alimento
voy a hacer del adjetivo un temblor sin detenciones
no voy a fundar el mundo como un paracaidista que cae eternamente en busca de su propia tumba. el mundo debe fundarse saliendo de las tumbas para matar al que venía cayendo. esté donde esté. aunque venga a nosotros volador y con sus dones de ubicuidad. aunque todo pueda verlo y escucharlo. sentencio porque los veo alacranes bajo tu piel y recorren el momento de tu sueño. me quedaré despierto, vigilo el casi fluir del veneno enjaulado, que no se escurra, que no se derrame
voy a hacer del adjetivo una palabra que salte y se desmorone, serán volcanosos los espacios que funde, no más cintas arrepolladas, sino centelleante el oír de una mujer que duerme sola en una casilla de madera sembrada de rendijas y luz de la luna sabrosas rodajas de tocino, he de fundarla así
y que me pongan a la mesa la pura mentira literaria porque me la como con las manos
si el animal es rojo la conclusión es simple: muerto desde mis cuchillos, su sangre lo mancha, lo vuelve menos animal
y que me pongan a la mesa las llaves de pura mentira literaria y no, no sirven para una mierda si la palabra no te abre las piernas y no te hace gritar como loca como a mí me gusta que grites. que me pongan las llaves y me las como
y que me pongan a la mesa, la extenuante mesa de las prendas literarias y sobre su faz un cuarto lleno de puertas de número mágico y me como las puertas de pura mentira literaria y me como el cuarto con sus ladrillos de bromato y que el cáncer que se cuela de a poco reciba su alimento
voy a hacer del adjetivo un temblor sin detenciones